Cuando suenan los acordes de las sevillanas, se oye el sonido del traqueteo de los carromatos y aprieta el calor, el pensamiento de los andaluces se vuelve hacia una bebida refrescante, muy de la tierra, muy de su ADN: el rebujito, esa mezcla de vino fino, mucho hielo un toque de gas y cítricos que alivia la sed y alegra el alma.
¿Qué es el rebujito?
El rebujito es un tipo de cóctel que se elabora con vino fino, refresco gaseoso de lima limón, hielo (mucho hielo) y con el aderezo de unas hojas de hierbabuena.
¿Qué es el vino fino?
El vino fino es un vino blanco que se cría en botas de roble americano bajo la capa del velo de flor. En la boca es más seco y punzante, pero ligero. Deja un interesante regusto de frescor y reminiscencias a los almendros.
El origen (inglés) del rebujito
¿Te has preguntado alguna vez de dónde son los rebujitos? Puede que el origen del rebujito te sorprenda, porque aunque es una bebida eminentemente andaluza, su origen hay que buscarlo en Inglaterra, o más exactamente, en la herencia inglesa en Andalucía.
En efecto, fueron los ingreses quienes, desarrollando esa pasión tan suya por nuestros vinos de Jerez, dieron con la fórmula perfecta para combinar el vino jerezano con su soda, mucho hielo y un toque de naranja o limón en forma de rodaja de presentación. A esta bebida original lo denominaron ‘Sherry Cobbler’.
Aún hoy en día se consume con fruición en las islas británicas.
La receta del rebujito, al gusto
A pesar de ser una de las bebidas más internacionales de Andalucía, tiene tantos modos de elaboración y nombre como pueblos. Fue una de las bebidas más comunes en la Feria. ¿Te preguntas qué lleva el rebujito? La receta original del rebujito tiene unas proporciones fijas de dos de sus ingredientes base: el vino fino (o en su defecto, manzanilla de Jerez), con un tercio del volumen total; y la soda con sabores cítricos (habitualmente Sprite o Seven Up).
Ahora que ya conoces los ingredientes para hacer tu rebujito en casa, veamos cómo hacer el rebujito andaluz.
Ingredientes para elaborar el rebujito
- 100 ml de vino Fino
- El zumo de (al menos) dos limones y un tercero para la decoración (en rodajas, en triángulos o según tu propia creatividad)
- 20 g de azúcar (+agua para conseguir el jarabe de azúcar)
- Hierbabuena
- 200 ml de refresco de limón o lima limón (tipo sodas)
Cómo hacer un rebujito casero perfecto
Para elaborar los rebujitos andaluces, es casi obligatorio utilizar una jarra. Ten en cuenta que vamos a preparar una buena cantidad para compartir en varias rondas.
Preparamos el jarabe de azúcar con agua y azúcar calentados lentamente al fuego. Ojo, no tiene que quedar caramelizado sino en jarabe.
También aprovechamos para escaldar la hierbabuena. Podríamos echarla tal cual para aromatizar, pero así limpiamos posibles impurezas y cauterizamos el intenso aporte aromático de la hierbabuena. Se escalda todo: rama y hojas, aunque solo utilizaremos las hojas para el cóctel andaluz por excelencia.
En la jarra, pica el hielo (o en la versión exprés de la receta de rebujito, agrega el hielo picado).
A continuación, añadimos los líquidos: el vino, el zumo de los limones, el jarabe de azúcar que hemos elaborado y el refresco de cítricos.
Mezcla bien los ingredientes, y si ves que se queda corto de hielo, añade más. El hielo que no falte.
Presenta tu cóctel rebujito en vaso con unas rodajas de limón y ¡a disfrutar!
Variantes del rebujito para refrescar el gaznate
¿Y si la lima no me gusta o no me sienta bien? Tranquilo, el fabuloso mundo de las frutas nos ofrece opciones y variantes para que, sea cual sea tu preferencia o situación, puedas refrescarte ahora que llega el buen tiempo y las grades Ferias.
Una de las variaciones del tradicional rebujito es el que lleva fresa. ¿Rebujito de fresa? Así es. Con ellas, no se pierde el punto ácido del cítrico y sumas un aroma exótico.
Y si no quieres tomar alcohol, existen variantes más dulces y sin gota de fino o manzanilla. Sigue leyendo que al final te mostramos algunas variedades muy andaluzas que te van a encantar.
Lo que no sabías del rebujito (y sus propiedades)
¿Crees que el rebujito se toma solo en las Ferias? ¡Ni mucho menos! Si eres de los que gusta del buen comer y el mejor tapear, acompaña los pinchos y raciones de jamón y las delicatessen de cada pueblo con un rebujito.
¿SABÍAS QUE…
…el nombre de rebujito proviene de la expresión arrebujar, esto es, de la mezcla o enredo con la que se elabora esta refrescante bebida espirituosa.?
El artífice de este espectacular maridaje es el vino fino, que, gracias a sus características de aroma y cuerpo, tiene una capacidad magnífica para estimular las papilas gustativas y realzar los matices de los alimentos a los que acompaña. Pasa muy bien y gracias a sus proporciones, puedes tomar varias rondas sin caer en el punto de la alegría desmedida. Y, por si fueran pocos argumentos para hacer tuyo el rebujito, su contenido en azúcares es mínimo en comparación con la mayoría de los cócteles de moda.
El rebujito según los andaluces
A pesar de que se trata de una bebida de origen foráneo, lo cierto es que en Andalucía hemos adoptado al rebujito como nuestra marca de identidad. Hasta el punto de que, además de correr durante la Feria de Sevilla, cada localidad y región ha rebautizado y personalizo su rebujito. Aquí, la Feria del Caballo de Jerez no sería la misma sin sus rebujitos con fino; tampoco las romerías que están cada vez más próximas: San Benito, la Cruz del Pino, o el Rocío. Por ejemplo, el rebujito que se toma en El Puerto, como no podía ser de otra forma, se elabora con vino fino, como el jerezano, mientras que, en Sanlúcar, quizás más como estrategia para poner en valor su manzanilla, utilizan ésta para hacer sus rebujitos.
¿Y más allá de las Marismas?
El rebujito tiene su propia vida. En Málaga optan por sustituir el fino o la manzanilla por vermouth. La ciudad de los califas, por Pale Cream, por supuesto, de la denominación de origen Montilla-Moriles. Trebujana directamente omite el alcohol al crear su rebujito con mosto que elaboran en el propio pueblo (lo llaman “trebujito”); Rota se apunta al vino blanco al igual que en Lepe, que mantienen el vino fino como elemento alcohólico.
Un caso muy curioso es el de Chiclana de la Frontera, donde si bien mantienen los ingredientes, la proporción sube en vino y baja en refresco, con un punto exótico en su origina presentación en vaso de maceta y muchas pajitas. Porque es una bebida que se presta a compartir (alegría y buen humor).